Aprendiendo a jugar


Cuando mi abuela habla con mi madre y le dice esas cosas que las abuelas siempre dicen… lo simpático que soy y que siempre estoy contento y feliz, mi madre contesta orgullosa que soy así porque soy  “un niño de El Patio”.


Desde que era un bebe pequeñito paso mucho tiempo en la escuela. Me encanta, porque en ningún otro lugar hay tantos niños con los que jugar y divertirme. Me gustan mucho mis educadoras, me quieren mucho, me conocen muy bien y me hacen sentir muy seguro. También realizo muchas actividades que en casa no creo que pudiera hacer y aprendo cada día cosas nuevas. Pero lo que más me gusta de todo, es estar con otros niños.

Cuando llegué a la escuela, siendo un bebe, veía un montón de niños que jugaban juntos. En los momentos en los que estaba tumbado en mi hamaca, algunos niños se acercaban a verme. Me cantaban canciones, me traían juguetes y me ponían el chupete cuando lloraba. Alguna vez se caían encima de mí o me daban un beso con tanta fuerza que me hacían un poco de daño,  pero siempre me sentía contento de estar rodeado de niños.

Después aprendí a gatear y a caminar, y entonces era yo el que exploraba el entorno ¡Había tantos sitios por descubrir dentro de la escuela! Empecé a relacionarme con mis compañeros de una forma más intensa, a disfrutar de su compañía y de todo lo que ellos me podían enseñar. En ocasiones, cuando les veo jugar con algún juguete, siento que me apetece tanto jugar con él, que directamente se lo cojo. Entonces, mis amigos muchas veces se enfadan y me empujan, pero….¡eso no era lo que yo quería!,  acabamos los dos llorando, y entonces siento que no lo hemos hecho bien. Es en ese momento, cuando viene nuestra profe. Ella nos mira y, con mucho cariño pero también muy seria, nos explica lo que ha pasado y cómo podemos hacerlo la próxima vez. A mí me dice que hay que pedir las cosas y que debo respetar los juegos de mis amigos. A él le indica como decirme que no en lugar de empujarme. Pero lo mejor, es cuando nos dice cómo podemos compartir el juguete y jugar juntos, si hacemos esto, al final lo pasamos mucho mejor.

Mi papá a veces le pregunta a mamá por mis conflictos y mamá le explica que estamos aprendiendo a relacionarnos, que es algo muy difícil y que necesitamos practicar.

Ahora ya soy de los mayores y sé que hay que hacer una fila para subir al tobogán, que hay que esperar sentado mientras se reparten las ceras para pintar, que hay que hacer el tren para salir al patio y que si algún amigo me empuja le tengo que decir: “ no me gusta”.

Tengo muchos amigos, más que en ningún otro lugar y, aunque a veces nos enfademos, nos lo pasamos genial juntos: bailamos, hacemos carreras, saltamos, comemos y dormimos juntos... Nos divertimos mucho y ya no me acuerdo a quién empujé el otro día ni tampoco quién me dio con una pala en el patio, sólo sé que tengo tantos amigos en “El Patio” que todos los días me levanto muy contento porque tengo ganas de jugar con ellos.

Gracias mamá, gracias papá, por haber elegido el mejor lugar para crecer feliz y aprender jugando.

María Reboul

5 comentarios:

  1. Gracias María por esta reflexión en primera persona Nos hace sentirnos parte del niño que empieza a conocer el mundo y entrar en contacto con los demás. Es imprescindible conocer muy bien a los niños en esta etapa para poder expresar en primera persona lo que ellos sienten.

    ResponderEliminar
  2. ¡ Qué razón tienes Maria!Nadie mejor que tu como madre y psicologa para contarnos como se relacionan los niños. No hay duda de que los niños del Patio realizan infinidad de actividades diarias y que unos días aprenden mas y otros menos, pero lo que si que hacen todos los días es disfrutar y ser felices.

    ResponderEliminar
  3. Los niños "sois" muy felices en El Patio, María; se nota su alegría. Es curioso que muchos padres desconfían de la escuela infantil creyendo proteger mejor y más a sus hijos, cuando creo que es lo contrario. La experiencia demuestra que los niños que crecen aislados y sin comunicarse con otros de su misma edad, tienen más problemas de convivencia en el futuro y arrastran comportamientos egoístas que no son nada buenos ni educativos; Eso sí, es muy importante elegir a qué escuela llevar a los hijos, comparando equipos de profesionales, analizando sus proyectos pedagógicos...es curios, tanto preocuparnos por dónde estudiarán la ESO y el bachillerato y tan poco interés por saber en qué manos dejamos a nuestro niño en una edad tan importante. la escuela infantil no es un sitio donde "aparcar" al bebé y en el que se dedican a sólo cambiar pañales...es algo más, mucho más, En El Patio hay un proyecto que cumple con las expectativas más ambiciosas de la familia; ko se por experiencia

    ResponderEliminar
  4. Gracias Ivan por querernos y enseñarnos tanto. Siempre estaré orgullosa de haber compartido contigo tus primeros juegos, tus primeros abrazos y tus primeras palabras.
    Seguro que los recuerdos de "El Patio" te acompañarán siempre y te ayudarán a ser aún más felíz.

    ResponderEliminar
  5. Con estas palabras, Iván y su madre nos transmiten que si es cierto que surgen conflictos en el día a día, no es menos cierto que podemos adquirir pautas de conducta que socialmente son correctas, y si este "gran pequeño" las interioriza desde pequeñito, le acompañaran el resto de su vida, tolerando mejor la frustración y sientiéndose mejor por solucionar nuestros conflictos de manera más satisfactoria. Gracias María e Iván por vuestra reflexión.

    ResponderEliminar