El control de esfínteres


Cuando un niño cumple dos años, se tiende a creer que se ha hecho mayor de golpe; que ya no necesita chupete para dormir, ni biberón en el desayuno y, por supuesto, está listo para quitarse el pañal, pero no siempre es así, e incluso puede estar preparado para una cosa y no para la otra.

La magia de la asamblea

Primera hora de  la mañana. Empieza la expectación. Muchos niños sentados en corro, en asamblea, en reunión. Es una rutina, un ritual. Muchos pares de ojos expectantes; algunos, aun con alguna legaña, otros, los más madrugadores, llevan mucha actividad en el cuerpo ya. Pero todos, inquietos y tranquilos, dormilones y madrugadores, sociables y tímidos, charlatanes y callados, todos, están igualmente expectantes.