"No robo, sólo cojo lo que no es mío"



La semana pasada, al ir a poner la lavadora, un padre encontró en los bolsillos del pantalón de su hija dos cachitos de plastilina y un par de ceras de colores del cole…


La mayoría de los adultos tenderíamos a pensar que esta niña está robando porque coge material del colegio sin pedir permiso, y además empezaríamos a juzgar por qué una niña tan pequeña lleva a cabo un acto tan reprochable. El adulto, como en muchas otras ocasiones, reflexiona desde su egocentrismo y, además, le da al asunto un tinte negativo cargado de prejuicios y etiquetas. Pero…. ¿Sabéis qué?, ¡no podemos estar más equivocados!.
No olvidéis que la mayoría de los actos que realiza un niño, tienen una funcionalidad adaptativa; no hacen nada porque sí, siempre hay un para qué. Y esta ocasión no es diferente.

Lo que pretende un niño trayendo cosas de la escuela, o de casa de un amigo o de los abuelos, es vincular esos dos entornos que para él son tan importantes. En realidad está realizando un acto generoso de traer un trocito del cole a casa, o viceversa. Porque ambos entornos están implícitamente vinculados, pero el niño necesita hacerlo evidente a través de los objetos, desde el mundo de las cosas concretas que se pueden ver, tocar, oír, oler y probar.

Que entendamos el “para qué” de este acto, no quiere decir que nos debamos quedar impasibles. Podemos verbalizar la situación y explicarle con calma que los materiales que hay en la escuela son de todos los alumnos y, que si le apetece coger alguno de ellos para traerlo a casa, debe comunicárselo al educador. De esta menara, estamos aceptando el acto pero le indicamos la manera socialmente adecuada de hacerlo.

De la misma manera que, en periodos especiales a nivel afectivo, como en el periodo de adaptación o ante la llegada de un hermano, deberíamos permitir, padres y educadores, que el niño traiga a la escuela algún objeto de apego que le ayude a sobrellevar la situación.

Esta reflexión, que hace unos años me hice al observar el interés de algunos niños por “unir” a través de objetos entornos que para ellos eran importantes, espero que arroje un poco de luz a todos aquellas personas involucradas en la educación de un niño. Para que nunca más volvamos a decir, ni pensar: “has robado”, si no que, desde la profunda comprensión del acto, acompañemos la expresión “has cogido algo que no era tuyo” de una sonrisa cómplice.

Susana Martín

5 comentarios:

  1. Genial explicación! Ahora entiendo por qué mi hijo pequeño se llevó ayer al cole 16 coches, que luego trae de vuelta confundidos con otros del cole que, en una sucesión interminable, vamos intercambiando entre ambos espacios.
    Bueno, lo normal es que se lleve y traiga una o dos cosas ... .
    Repito, muy bueno y útil relato de un comportamiento infantil que, desde la óptica de adultos "maleaos", solemos no interpretar bien.
    Seguid así! Juan Castañeda

    ResponderEliminar
  2. Gracias Juan!!! Por tus comentarios, y por tu ánimo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Me parece una explicación muy útil para un tema delicado, que no es fácil de entender para los adultos. Me ha encantado y a partir de ahora lo veré como tú lo has explicado, desde su punto de vista, un intento de unir sus entornos más familiares. Gracias por hacernos ver las cosas desde la mirada de un niño.

    ResponderEliminar
  4. Es una explicación que nos aclara muchas dudas y nos muestra cómo hay que actuar en situaciones tan difíciles.
    Mi interés por conocer más en profundidad el mundo infantil es por mis nietos. Ya me hubiese gustado que cuando mis hijos eran pequeños hubiera tenido acceso a tanta y tan buena información.
    Bely

    ResponderEliminar
  5. Es un artículo que nos aclara muchas dudas y nos enseña la forma correcta de actuar.

    ResponderEliminar