El control de esfínteres


Cuando un niño cumple dos años, se tiende a creer que se ha hecho mayor de golpe; que ya no necesita chupete para dormir, ni biberón en el desayuno y, por supuesto, está listo para quitarse el pañal, pero no siempre es así, e incluso puede estar preparado para una cosa y no para la otra.


Nos vamos a centrar en el control de esfínteres, que es algo de lo que todo el mundo habla pero…. ¿qué es en realidad? “Es el control voluntario y consciente de la vejiga y el recto”. Esto implica, por tanto, que ha de haber conocimiento y voluntad para poder controlar; que no depende del azar; que el control ha de ser continuo en el tiempo, y que no solo tiene que controlarse la orina, también las heces, que es algo más complicado.

Es uno de los retos más complejos a los que se va a enfrentar un niño en los tres primeros años de vida y es un proceso muy difícil para ellos. Para que se logre este reto y el niño esté listo, ha de estar maduro desde diferentes puntos de vista, y estos niveles de madurez tienen que darse a la vez:
  • A nivel motor, tiene que haber una maduración fisiológica y de musculatura, su cuerpo tiene que estar físicamente preparado.
  • A nivel cognitivo, neuronal e intelectual, tiene que ser capaz de entender lo que supone el reto y lo que supone controlar el esfínter. Igualmente, tiene que tener un nivel de lenguaje importante, tiene que entender los mensajes verbales, ser capaz de anticipar.
  • A nivel emocional, es muy importante que se sienta cómodo y seguro para afrontar este nuevo reto.

 Es por tanto un reto que “llega cuando llega”, no se puede acelerar ni forzar, porque nunca se debe forzar a un niño a hacer algo que no quiera hacer, y es esencial respetar el ritmo individual de cada uno. Además suele coincidir con una etapa de negativismo y rebeldía, por lo tanto es frecuente que algunos niños no se quieran sentar, no pasa nada, no insistir, ya que es un reto del niño, no nuestro y hay que esperar a que se sienta capaz de afrontarlo.

Lo que si podemos hacer es reforzar cualquier avance y tener mucha paciencia.

En la escuela es fácil crear una rutina en torno al aseo y según van haciéndose mayores van siendo más autónomos y van reclamando el derecho a hacer las cosas solos. Se lo debemos permitir ya que así se sentirán más mayores y así aumentará su autoestima. También en la escuela les presentamos este reto a través de cuentos e imágenes motivadoras, les dejamos que se familiaricen con los orinales y les motivamos diariamente. Normalmente se motivan unos a otros, y siempre que hay un pequeño avance lo reforzamos.
   
Vosotros, podéis comenzar a ofrecer que se sienten a la hora del baño, cuando tienen alrededor de 22 meses, que ya son lo suficientemente capaces de entender lo que les pedimos y tienen una autonomía bastante desarrollada. Al principio, la mayoría prefieren el orinal, es más estable y os recomendaríamos que utilicéis uno sin ningún tipo de distractores, además, que siempre este en el mismo sitio, es decir en el baño, no que vaya por la casa de un lugar a otro. En casa también podéis reforzar los avances utilizando refuerzos materiales o sociales; mejor los sociales, una alabanza pública, chocar los cinco o un abrazo...pero si alguna vez utilizáis refuerzos materiales, es importante no amenazarles ni chantajearles. Hay niños que sólo se quieren sentar por el privilegio que consiguen ya sea un juguete, un caramelo o chocolate y esto no es efectivo, mientras que el refuerzo social siempre funciona y le ayudará a mejorar su autoestima. También podéis servir de modelo, si no sois pudorosos, ya que, aunque es algo íntimo, "todo el mundo lo hace". Procurar igualmente no tratar sus deposiciones como algo sucio, para algunos es algo que les pertenece y les puede ofender.
 
Cuando ya se ha conseguido el control diurno de forma definitiva, se quita el de la siesta y después el de la noche. El de la noche es más complicado y suele ser un año después ya que ser capaz de controlar estando dormido es mucho más complicado y no tiene sentido despertarle para que vaya al baño, es el niño el que tiene que controlar. Éste no es nuestro reto.

En términos generales es importante que no tengáis prisa, ni os agobiéis porque todos los niños acaban controlando, sólo hay que ser paciente y esperar a que estén preparados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario